No sé si alguna vez has contemplado un camino sin saber si era el correcto.
No sé si alguna vez has imaginado una verdad que quizá te podía transformar para siempre.
No sé si alguna vez has deseado una vida plena y llena de gozo.
La realidad es que en muchos momentos creemos haber encontrado el camino correcto, pero luego descubrimos que el destino no es el esperado.
En muchas ocasiones creemos encontrar una verdad, pero resulta ser un engaño doloroso que nos desilusiona y se convierte en un precedente para desconfiar de aquello que creíamos como cierto.
Puede que quizá hayas conseguido aquello que pensabas que te daría felicidad y por fin podrías tener una vida plena, pero te das cuenta de que no estás satisfecho y eso te hunde aún más.
Hoy quiero hablarte del camino más correcto, el que lleva al destino más maravilloso. Quiero contarte la única verdad que no defrauda, aquella que es certera, que se cumple y que supera toda expectativa. Quiero presentarte la vida más plena, abundante y gozosa que nunca imaginaste.
Yo soy el camino, la verdad y la vida- contestó Jesús-. Nadie llega al Padre sino por mí.
Juan 14:6
Ese camino es Jesús. Él vino a serlo a través de su muerte, para que puedas llegar a Dios. Además, vivió una vida ejemplar y nos demostró que desea estar a nuestro lado en nuestro caminar diario.
Esa verdad es Jesús. Aquel que fue capaz de hablar verdad a pesar de que ello implicara su propia muerte. Aquel de quien descubrirás, si estudias las escrituras, que se cumplió todo lo que dijo. Aquel que las evidencias nos revelan que está vivo.
Esa vida que anhelas es Jesús. “En Él estaba la vida y la vida era la luz de los hombres”. Él vino para que tú pudieras tener VIDA, y vida eterna (Juan 3:16), vida abundante (Juan 10:10).
¿Anhelas encontrar el camino correcto, siguiendo la verdad y hallando la vida?
La respuesta es JESÚS.

¿Alguna vez piensas que estás tomando el camino fácil y no el correcto?
“Mirad, ved el curso de la muerte a lo largo de las edades y naciones. ¿Hay alguna ciudad que no tenga cementerio? ¿a qué lugar acudiremos en el que no haya tumbas? Nuestro enemigo la muerte ha pasado por todas partes con su espada y lo ha asolado todo. Por todas partes ha secado hogares y creado aflicción”1
Un silencio se erguía. Parecía que todo había terminado. Jesús había muerto y con él todas las esperanzas.
“¿Cuán ancho es el amor de Dios? Cuando se le pidió que describiera la anchura de su amor, Él extendió una mano a la derecha y la otra a la izquierda y se las clavaron estando en esta posición para que tú pudieras saber que Él murió amándote”1
Imagina saber que estas a punto de morir. Sabes qué va a pasar. Quieres decir cosas importantes, pero los que te rodean no parecen entenderte.
Recordar es traer de nuevo a la memoria o hacer que alguien tenga presente una cosa.
¿Y si la juventud pudiera ser eterna? ¿y si pudieras quedarte siempre así?
Imagina por un momento el trabajo de tus sueños con las mejores condiciones que puedas soñar.


