Imagina por un momento el trabajo de tus sueños con las mejores condiciones que puedas soñar.
Ahora, cierra los ojos y piensa en la casa de tus sueños, pero sin reparar en gastos: césped de verdad, piscina que pueda estar cubierta en invierno, barbacoa de piedra, cocina a todo lujo, un garaje gigante y el sofá… de esos que dormirías en él sin que te doliera la espalda.
Ahora piensa en tu concepto de familia ideal: comer juntos los domingos, que no haya discusiones, que siempre estén cuando les necesitas, que las tradiciones familiares sean llenas de amor y cercanía…
Vamos, la vida que has soñado.
Sin embargo, a pesar de que tuvieras todo esto, quizá en el trabajo tus compañeros te hagan la vida imposible o ¿y si esa casa de tus sueños resultara horrible por no poder compartirla con nadie? Aún si tuvieras la familia ideal, a veces es imposible tener a todos cerca, o retener la vida de aquellos a los que amas y por supuesto es inevitable que surjan riñas, roces e inclusive enfados.
Entonces ¿para qué luchar? ¿qué esperas de la vida? ¿qué quieres conseguir?
Es difícil enfrentarse a estas preguntas y darnos cuenta de que, en muchas ocasiones no tenemos la respuesta. Pero ¿y si te presentasen a alguien que pudiera responder a tus preguntas? ¿y si además pudiera cumplir muchos de tus mayores deseos?
A veces las oportunidades surgen y las dejamos escapar; en otras ocasiones no nos parecen tan atractivas. Sin embargo, hay momentos en los que aferrarte a ellas es la decisión que cambiará tu vida.
Hoy quiero exponerte porque elegir a Dios y su camino es la OPORTUNIDAD DE TU VIDA:
Él te muestra su bondad en cada atardecer y con el amanecer su misericordia. Él nos creó únicos. Creó un mundo lleno de colores, olores, texturas…
Es el que da sentido a nuestras preguntas vitales: ¿de dónde vengo? ¿qué hago aquí? ¿a dónde voy?
Debido a nuestra rebeldía nos apartamos de Él, pero el trazó un plan precioso, pero que costó un alto precio: “Porque tanto amó Dios al mundo que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna” Juan 3:16
Él quiere darte vida después de la muerte: “Porque la paga del pecado es muerte, mientras que la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús, nuestro Señor” Romanos 6:23
Él te quiere aportar una perspectiva de futuro llena de esperanza: Entonces Jesús le dijo: Yo soy la resurrección y la vida. El que cree en mí vivirá, aunque muera;” Juan 11:25 // “Y si me voy y les preparo un lugar, vendré otra vez y los tomaré adonde Yo voy; para que donde Yo esté, allí estén ustedes también.” Juan 14:3
Él quiere estar a tu lado en medio del sufrimiento y ser tu socorro: “Cuando pases por las aguas, Yo estaré contigo, Y si por los ríos, no te cubrirán. Cuando pases por el fuego, no te quemarás, ni la llama te abrasará” Isaías 43:2
Podría llenar hojas y hojas para intentar explicarte por qué conocer a Dios es la oportunidad de tu vida. Podría seguir dando pinceladas, pero no serás capaz de ver el hermoso cuadro igual que si decides dar el paso de acercarte y disfrutarlo tú.
¿Te perderías la oportunidad de tu vida? Pero ¿y si no solo la de esta vida, sino la de la vida eterna?