Los rumores se han confirmado: una empresa independiente del ministerio que lleva su nombre (Ravi Zacharias Internacional Ministries “RZIM”) ha ratificado que Ravi Zacharias, conferenciante evangélico conocido a nivel internacional y fallecido el año pasado, tuvo, a lo largo de los años, conductas sexuales inadecuadas con un número indeterminado de mujeres. Se acercaba a ellas, aprovechando su posición, para conocer sus necesidades económicas y emocionales, generando una vulnerabilidad que les hacía ser presa fácil de sus intenciones malvadas.
Del informe de 12 páginas que se ha publicado el 9 de febrero de este año 2021, hay muchas reflexiones y conclusiones que sacar, pero solo quiero destacar el testimonio de una mujer creyente que ha declarado cómo Zacharías le hacía orar junto con él para agradecer a Dios la “oportunidad sexual” que ambos recibían. Dijo que Zacharias la llamaba su “recompensa” por vivir una vida de servicio a Dios, y citaba a los “hombres piadosos” de la Biblia con más de una esposa. Ella dijo que él le advirtió fuertemente que nunca hablara en contra de él o sería responsable de los “millones de almas” cuya salvación se perdería si su reputación se viera dañada.
El ser humano es capaz de justificar lo injustificable. Es la versión actual de lo mismo en lo que cayó David cuando se encaprichó de Betsabé, la esposa de Urías, y, aprovechando su posición de poder, facilitó su muerte para quedarse con ella.
¡Qué peligro tenemos!. Y digo “tenemos”, porque, como dice La Palabra, el que piense estar firme, mire que no caiga” (1Co.10:12).
Tal vez pensareis que, si no somos David o Zacharias, no vamos a caer en lo mismo. Pero dejadme que os diga una cosa: aunque no lo sabemos todo, pues solo Dios conoce el corazón del ser humano, que es engañoso (Jer.19:9-10, Salmo 139: 1-4, 23- 24), hay algo evidente: parece que ninguno de los dos eligió tener un confidente al que confesar (Stg.5:16) sus tentaciones y que le confrontara con su realidad pecaminosa . En el caso de David, Dios envió finalmente a Natán para hacerlo; en el caso del apologeta, parece que alguien de su equipo se atrevió a decirle en una ocasión que no estaba bien que se llevara en sus viajes a una masajista, pero fue reprendido duramente. No tuvo la actitud de arrepentimiento que tuvo David.
Voy a haceros una sugerencia: es muy importante que cada uno de nosotros, desde los más jóvenes a los más mayores, sea cual sea el nivel de conocimiento bíblico o los años de convertidos que tengamos, elijamos un confidente al que rendir cuentas y que se le dé permiso para que nos confronte con los puntos ciegos, que todos tenemos, y recibir su reprensión, si fuera necesario..
Porque, como comentaba antes, podemos llegar a justificar lo injustificable con argumentos aparentemente muy lógicos, racionales incluso científicos: el aborto, la eutanasia, la infidelidad, la homosexualidad, la pornografía la mentira… y, además, en el caso de los creyentes ¡con la Biblia abierta!.